Simpática, seductora, divertida, aventurera... Todos estos calificativos ayudarían a describirme. Me llamo Camila, soy brasileña y soy, por decirlo de algún modo, la chispa de la vida, un rayo de luz, la cómplice y acompañante perfecta para hacer de cada momento compartido un homenaje a la pasión por vivir. Aburrimiento y estrés son palabras que pierden todo su sentido cuando se está junto a mí. Su lugar lo ocupan otras más luminosas como relax, diversión, risas y placer. Una vez que se me conoce, se hace muy difícil marchar de mi lado. Y es que, dicen, creo adicción.