Ana de Armas desnuda: sus fotos y videos más sexys

Martes, 17 de Mayo de 2022

Los motivos por los que una serie de televisión se gana el derecho de pasar a la memoria colectiva pueden ser muchos y muy variados. En el caso de El internado, una producción televisiva de Antena 3 que se televisó entre 2007 y 2010, hay dos motivos que se nos antojan fundamentales para que la serie aún perdure en nuestra memoria. Esos dos motivos tienen nombre de mujer. Uno es el de Blanca Suárez. El otro, el de Ana de Armas. Las dos, jóvenes actrices casi salidas de la adolescencia en aquellos momentos, formaban parte del reparto de la serie. Las dos eran y son guapas y sexys. A la segunda vamos a dedicar este post.

Cubana de nacimiento, esta linda mujer se formó como actriz en la Escuela Nacional de Arte de Cuba. Tenía 14 años cuendo entró en la escuela cubana y 18 cuando formó parte del elenco de actores de El internado. Entonces nos enamoramos de ella y desde entonces no hemos dejado de desearla.

¿Cómo no hacerlo cuando la veíamos vestidita con su uniforme de colegiala, con aquellas blusas, aquellos chalecos y, sobre todo, aquella faldita tableteada de tonos verdosos? El fetichista que habita dentro de nosotros se ponía a cien y nuestra imaginación volaba dibujando escenas perturbadoras con adolescentes calentonas y viciosas.

Hablar de la sensualidad de esta estrella del cine y la televisión es hablar sobre todo de una mirada deslumbrante y verdosa, de una sonrisa luminosa, de unos labios carnosos y de unos pechos turgentes y que parecen diseñados para recibir las más tiernas de las caricias y los más lascivos de los besos.

Ana de Armas tetas

Ana de Armas follando

Al hablar de las tetas de Ana de Armas es inevitable recordar una escena inolvidable de la película Knock Knock. En ella, la actriz mostraba sus pechos enjabonados y esplendorosos. ¡Qué no hubiéramos dado nosotros por enjuagarlos!

Sabedora de la belleza de esa parte de su anatomía, la sexy actriz cubana no ha dudado en enseñarlos en algún que otro film, aparte de en el ya citado. Sus pechos los hemos visto, adolescentes y rotundos, en Una rosa de Francia y nos han extasiado también en Mentiras y gordas.

En esta película, además, podíamos contemplar una Ana de Armas hot al cien por cien. Ella compartía ducha con Hugo Silva y esa ducha, en principio refrescante, incendiaba nuestro deseo y nos hacía envidiar la suerte del actor madrileño, que lamía las bellas tetas de su compañera de reparto, mordisqueaba sus pezones y la cabalgaba (imaginamos que fingidamente) bajo el chorro del agua.

Y del mismo modo que envidiamos a Hugo Silva envidiamos a Keanu Reeves. El actor canadiense compartió protagonismo junto a la sexy Ana de Armas en la ya citada Knock Knock. La actriz cubana enamoró a Hollywood al interpretar el papel de una demoníaca joven que, irresistible y tentadora, arruinaba la vida del personaje interpretado por Reeves.

Ese papel no solo sirvió a la joven actriz para atraer las miradas de la industria de Hollywood. También sirvió para borrar de nuestra mente la imagen de la adolescente de apariencia angelical que habíamos heredado de El internado.

Viendo a Ana de Armas follando con Reeves comprendimos que algunos ángeles encierran en su interior algún que otro demonio tentador y lujurioso. Comprendimos, también, que esta guapa joven de ojos verdes, cuerpo espigado y tetas inolvidables podría arrastrarnos, con solo proponérselo, a un infierno de pasiones desatadas y sexualidad desbordante.

Ana de Armas follando

Ana de Armas desnuda

Ver a Ana de Armas desnuda es contemplar todo un monumento a la sensualidad. No en vano, eso le ha permitido interpretar un papel que no está al alcance de cualquiera: el de Marilyn Monroe en la película Blonde, un film basado en la biografía novelada de la mítica actriz que escribiera hace ya algunos años la famosa escritora Joyce Carol Oates y que se encuentra en proceso de postproducción.

Definitivamente instalada en Hollywood, las búsquedas en internet de la expresión Ana de Armas nude se cuentan por miles. Entrada ya en la treintena, la belleza de esta actriz se resiste a abandonar del todo ese aire juvenil que resulta tan morboso y excitante para los que soñamos con su cuerpo desnudo y sus múltiples encantos.

En el cuerpo desnudo de esta bella mujer, en su pose entre la contención y la provocación, vemos la sensualidad desbordante de una belleza clásica. Cualquier escultor de la antigua Grecia la habría escogido como musa para inmortalizar en mármol los cánones de la mujer perfecta.

Por suerte, esta mujer ha nacido en nuestro tiempo y su belleza nos llega no a través de la quietud de la escultura sino mediante las imágenes en movimiento propias de las creaciones televisivas y cinematográficas.

Y es que no es lo mismo imaginarla que ver a Ana de Armas desnuda y follando como la hemos visto en algunas de sus películas más populares. No es lo mismo contemplar una fotografía suya ante un fotocol que verla en movimiento y contemplar su forma de sonreír, de mirar y de follar en películas como La red avispa, Sergio, Manos de piedra o Blade Runner 2049.

Nos excita verla cabalgarse a su afortunado amante sobre un butacón en Manos de piedra y nos pone muy calientes el verla montada sobre su hombre en La red avispa. Esas dos imágenes nos hacen pensar en una mujer sexualmente activa, una chica a la que le gusta tomar la iniciativa en la cama y llevar las riendas.

Cuando una chica activa y calentorra tiene además los encantos que tiene este bellezón morboso e irresistible, nuestro deseo se multiplica por diez y la necesidad de tenerla entre nuestros brazos se hace acuciante. Debemos conformarnos, sin embargo, con sus películas y con las fotos que aparecen en esas revistas en las que nos informan sobre los famosos y también, por supuesto, sobre cómo va la relación con Ben Affleck.

Es en una de esas revistas donde sabemos que el bueno de Ben y la bella actriz ya no están juntos y eso, aunque esté mal decirlo, nos alegra un poquito. Los celosos somos así. Y los que nos volvemos locos de deseo viendo a Ana de Armas desnuda y follando, peor todavía. Pero nos entendéis, ¿verdad?

Ana de Armas desnuda