Desde que descubre el deseo, el hombre sueña con el momento de estrenarse como amante. Dicho de otro modo: de follar por vez primera. Ser adolescente implica, en buena medida, soñar con ese momento en que se supera el sexo en soledad. No hay adolescente que no sueñe con perder la virginidad y convierta esa pérdida en uno de los objetivos de su vida.
Meterla en caliente: eso es lo que el hombre busca desde que se descubre como hombre. Y es que, si pajearse está bien, si da tanto gusto el pelársela, ¿cómo no ha de darlo el triple de grande el sentir la polla envuelta por las paredes húmedas y calientes de un buen coño? Eso es lo que piensa el joven virgen y por eso pasa gran parte del día pensando en cuándo se quitará la virginidad de encima.
En este artículo, Girls Barcelona va a proponer a ese joven un camino que nos parece ideal: el de perder la virginidad con una escort o una puta.
El miedo a follar por vez primera
Perder la virginidad no siempre es fácil. O, mejor dicho, no siempre parece fácil. Muchos hombres sienten una especie de temor a que llegue ese momento. Una mala educación sexual ha puesto sobre las espaldas de quien quiere estrenarse en el sexo una responsabilidad que a veces puede resultar demasiado pesada.
El hombre virgen puede dudar del tamaño de su pene y puede dudar de si, llegada la hora de follar, sabrá hacer lo que la mujer con la que se estrene esperará que haga. Al hombre virgen no le cuela eso de que el tamaño no importa. Al saberse inexperto, teme también correrse a las primeras de cambio. Él sabe que la mujer con la que se acueste esperará también un placer. Está cansado de oírlo en estos tiempos en los que, por fin, las mujeres exponen con mayor libertad sus necesidades sexuales. Por eso ese hombre virgen sabe también que la eyaculación precoz no es el mejor camino para dar a esa mujer ese placer que ella espera. Y ése es también un temor. Un temor que puede atenazarle.
Ese doble temor que puede sentir el hombre que no ha perdido la virginidad se hace además más grande si lo que se pretende es perderla con la chica de la que se está enamorado. En ese caso, el miedo puede convertirse en terror, sobre todo si el hombre que quiere perder la virginidad sabe o intuye que para la niña de sus ojos no sería la primera vez. Y así, dudando, dudando, se pueden perder muchas ocasiones de follar por vez primera.