Simpatía y ternura. Eso es lo primero que descubre quien se acerca a mí. Soy Kimberly, una delicada y elegante acompañante latina de luminosa sonrisa, sensualidad a flor de piel y carácter cariñoso. El tiempo a mi lado se escurre entre los dedos como un puñado de arena. Mi sonrisa es un rayo de luz. Quien la contempla descubre que la vida puede ser muy sencilla y muy grata cuando se tiene la suerte de gozar de la compañía de alguien como yo. Y es que yo tengo el don de hacer que todo fluya y, en ese fluir, casi sin que nos demos cuenta, los sueños se van haciendo realidad.