Las mujeres más irresistibles son aquellas en las que la sensualidad compite con la simpatía en un mano a mano sin claro triunfador. Yo soy de ese tipo de mujeres. Me llamo Thalia y de mis encantos físicos voy a decir bien poco. Mis fotos hablan por mí. Lo que sí puedo explicar es aquello que no se ve a simple vista y que sólo se descubre cuando se está conmigo. Ese algo es mi simpatía y, con ella, mi forma de ser cercana y cariñosa, la dulzura que irradio, la forma única y natural que tengo de quedarme en la memoria de todo aquel que tiene la dicha de conocerme y de compartir conmigo cualquier tipo de experiencia o aventura. Que ese alguien quiera volver junto a mí es irremediable. ¿Quién no desearía regresar al Paraíso?