Exotismo y sensualidad. Ésas son mis señas de identidad. Eso me convierte en una mujer muy atractiva y que siempre llama la atención. Mi nombre, Vanesa, no tarda en quedarse en la memoria de quien me conoce y trata. Y es que es muy fácil volverse adicto a la combinación de belleza y personalidad que en mí se da. A mis atractivos físicos se suma mi elegancia, saber estar y una forma de ser cálida y cercana que permite que a mi lado todo fluya. Conocerme de cerca es algo así como adentrarse en un pequeño paraíso en el que se experimentan y disfrutan las más gratas sensaciones.